La serie “The Summer is Gone” puede tener una doble lectura. Por un lado inspirándose a la fenomenología de Husserl y a la tradición oriental, busca materializar esa idea del tiempo que transforma constantemente y esa realidad que con sus formas perennemente cambiantes se nos escapa de las manos. Es la búsqueda de dar imágenes a un vacío concreto hecho por objetos, residuos y restos de una playa en el arco de un año. Por otro lado la serie es una invitación a reflexionar sobre el espacio natural de la costa contrapuesto a lo artificial del establecimiento balneario, sobre el esfuerzo titánico del hombre de domar y dominar la naturaleza que también se nos escapa de las manos.
El proyecto se realiza en formato analógico 6×6 con los carretes Kodak Portra 400, usando una antigua Rolleiflex, la cámara la que usaban los paparazzi en los veranos de la Dolce Vita para inmortalizar famosos. A través de su cámara, Alessandro crea un vínculo estético con las imágenes de esa época. El formato cuadrado no es accidentado pues se funda en un principio de repetición y modulación constante de los mismos elementos.