Francisco Gonzalez Camacho
Desafiando la sensación de no pertenencia y las limitaciones culturales, el paisaje le ofrece un alivio catártico, renovando su conexión con la naturaleza.
Creando paisajes reales e imaginarios, disuelve espacio y tiempo, generando una sensación de estar en otro lugar. La realidad se suspende, recordándole su pequeñez ante la naturaleza. Lo divino se revela en la simplicidad, ayudándole a comprender el mundo en la soledad.
La fotografía se convierte en un instrumento para revelar tanto la naturaleza externa como la interna. Surge un silencio que refleja un universo tranquilo y precioso, suspendido en el tiempo.
Un espacio trascendental que evoca la idea de un hogar.
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