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Uno de los puntos troncales de la campaña de Bill Clinton por la presidencia del gobierno de EE.UU. fue la famosa frase “The economy, stupid”, que más tarde pasaría a la cultura popular como “It´s the economy, stupid”.
Podemos entender esta frase como un mito creador, la génesis de toda una cultura. Una cultura dibujada por los caprichos del mercado: promociones inmobiliarias que estructuran las ciudades, estrategias de marketing que crean modelos; el de mujer, basado en optimizar la venta de productos de belleza; el de hombre, en promesas sobre el éxito. Sin olvidarnos de la ferocidad laboral que palpita incluso en los bajos de nuestras viviendas, donde las empresas de reformas sobreimprimen su publicidad, una encima de la otra tapando el contacto de la competencia.
La idea de James Carville era obtener el voto de los ciudadanos americanos arrebatándoselo a su rival, George H. Bush, enfocando su campaña desde temas cotidianos que afectaban a sus compatriotas. Pero, sin quererlo, creó un personaje: Mr. Stupid, un habitante de una democracia occidental inmerso en esta cultura, la cultura del capital.
Estas fotografías son parte del diario visual de ese entrañable personaje, un diario que explora las tensiones, las discretas violencias y las extrañas situaciones cuya única razón de ser son los flujos económicos que nos rodean.
Este formato apuesta por la producción de obra fotográfica sin numeración. Cada edición consiste en una caja con seis impresiones de un proyecto fotográfico y un texto narrativo-comisarial que lo acompaña. En este caso el texto corre a cargo de Marta Echaves.
Ignacio Navas (Tudela, 1989), comienza su formación en la facultad de Bellas Artes de la Universidad Complutense de Madrid, especializándose en fotografía durante su estancia en la Escuela Blank Paper.
Su trabajo explora, desde la cotidianidad, las estructura políticas, sociales y personales que nos constituyen. Entre sus proyectos se encuentran reconocidos fanzines como Linde (2012) y Yolanda (2014).
EN/
One of the central points of Bill Clinton’s campaign for the presidency of the U.S. government was the famous phrase “The economy, stupid”, which later entered popular culture as “It’s the economy, stupid”.
We can understand this phrase as a creative myth, the genesis of an entire culture. A culture shaped by the whims of the market: real estate developments that structure cities, marketing strategies that create models; women’s, based on optimizing the sale of beauty products; men’s, on promises of success. Not to mention the labor ferocity that throbs even in the basement of our homes, where renovation companies overprint their advertising, one on top of the other, covering the contact of the competition.
James Carville’s idea was to win the American people’s vote away from his rival, George H. Bush, by focusing his campaign on everyday issues affecting his fellow Americans. But, unwittingly, he created a character: Mr. Stupid, an inhabitant of a Western democracy immersed in this culture, the culture of capital.
These photographs are part of the visual diary of this endearing character, a diary that explores the tensions, the discreet violence and the strange situations whose only reason for being are the economic flows that surround us.
This format bets on the production of unnumbered photographic work. Each edition consists of a box with six prints of a photographic project and an accompanying narrative-commissarial text. In this case the text is written by Marta Echaves.